Cómo comer bien y ahorrar dinero al mismo tiempo

Por Michael Merschel, American Heart Association News

(the_burtons, Moment/Getty Images)
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Quiere comer de manera saludable y necesita ahorrar dinero. ¿Puede lograr las dos cosas?

Los expertos dicen que sí.

"La gente cree que la alimentación sana es algo elitista, que solo se puede obtener si se tiene mucho dinero y mucho tiempo libre, y todo tipo de aparatos de lujo", dijo Christine Hradek, especialista en nutrición del programa de Difusión y Extensión de la Universidad Estatal de Iowa en Ames. "La realidad es que eso no es cierto".

He aquí cómo lograrlo.

Comience desde un lugar feliz.

El primer paso es pensar en los alimentos que le gustan y luego imaginar la versión más saludable de ellos, dice Cheryl Anderson, decana de la Escuela de Salud Pública y Ciencias de la Longevidad Humana Herbert Wertheim en la Universidad de California en San Diego.

¿Es un fanático de las papas a la francesa? Conviértalas en una papa al horno condimentada con hierbas como una opción asequible y no saturada de grasa. ¿Su comida rápida preferida son los macarrones con queso de caja? Puede comprar una bolsa entera de pasta a un costo mucho menor por ración. Rocíela con aceite de oliva, hierbas frescas y especias, y tal vez una pizca de queso, y logrará hacer rendir su dinero y preparar algo mucho mejor para usted.

Aprenda a cocinar.

"Si siempre compra alimentos que hayan sido por lo menos parcialmente preparados, lo más probable es que gaste mucho más dinero en comida del que necesita", afirma Hradek.

"No es necesario hacer platillos basándose en una revista gourmet", añadió. "Sin embargo, para los hábitos generales, solemos decir que invertir un poco de tiempo puede ahorrar mucho dinero".

Haga planes.

"No es necesario empezar a cocinar desde cero todos los días", dice Hradek. Planificar antes de comprar puede ahorrar tiempo en la cocina y dinero en la tienda.

Si la idea de planificar toda una semana es demasiado, empiece por planificar únicamente los días hábiles o una sola comida del día. Haga un inventario de lo que tiene a la mano para asegurarse de que los productos perecederos no se desperdicien. Luego complete su lista con las cosas que debe comprar. Eso puede ayudarle a no caer en la tentación de comprar cosas innecesarias.

La planificación también puede garantizar que obtenga todos los grupos de alimentos saludables que se necesitan cada día. Podrá encontrar varios recursos en internet, como, por ejemplo, la página web de Spend Smart Eat Smart del estado de Iowa, la cual tiene un planificador de menús imprimible.

Aproveche lo que sobre.

Hradek sugiere planificar recetas para varios días por adelantado. Busque un platillo que pueda hacer, duplique el tamaño y congele la mitad. Eso le resultará en dos comidas que puede completar en el tiempo que se tarda en preparar una.

Cocinar de esta forma permite aprovechar artículos que estén en oferta o hasta eliminar una de las excusas que lo hagan optar por algo no muy saludable si está de prisa.

Anderson, que viaja mucho por trabajo, utiliza esa estrategia. "Cuando preparo comida un sábado por la tarde, mi cocina se ve como si fuera Día Acción de Gracias, ya que no solamente he pensado en lo que voy a comer ese día, sino en un futuro cuando me baje del avión y sean las 9:30, y no quiera pasar por un restaurante de comida rápida".

La planificación le permite llegar a casa y sacar una nutrida comida casera del congelador.

Los ingredientes enlatados pueden ser buenos.

Lo mismo los congelados. Por lo menos cuando se trata de frutas y verduras.

Si los frijoles enlatados le facilitan su tiempo en la cocina, adelante. "Sólo hay que ponerle atención al contenido de la lata mirando las etiquetas", dijo Anderson.

Póngase listo en la tienda.

Muchas cosas que parecen estar en rebaja realmente son anuncios, dijo Hradek. Compare siempre el precio con los artículos que estén en las repisas de arriba y abajo del estante.

Los cupones también llaman a la prudencia. No hay problema si se trata de un producto que consume regularmente, señaló. "Sin embargo, si el cupón actúa más bien como un anuncio y hace que compre algo que no me habría llevado de otra manera, probablemente lo evitaría". Eso es importante sobre todo si hace que compre un montón de algo perecedero.

Hradek también dijo que ese es otro aspecto en el que la planificación ayuda, ya que evita que se abastezca impulsivamente de cosas que no va a utilizar. "No improvise con artículos perecederos que estén fuera de su plan, porque lo más probable es que acabe deshaciéndose de ellos".

Sepa dónde obtener ayuda.

Si está luchando para poner alimentos en su mesa, no está solo. De acuerdo con las estadísticas recopiladas en mayo por la Oficina del Censo, 19 millones de adultos estadounidenses declararon que en su hogar, a veces o a menudo, no se tenía suficiente para comer en los últimos siete días.

Aunque muchas personas recurren a las despensas locales, el Programa de Asistencia en Nutrición Suplementaria (SNAP, por sus siglas en inglés) es el mejor lugar para empezar, dijo Hradek. Se pueden encontrar instrucciones para cada estado en el sitio web del Departamento de Agricultura.

El programa SNAP permite incluso comprar en los mercados de agricultores, dijo Anderson. "Eso es algo nuevo y más sano".

Recuerde que la comida barata, alta en calorías y poco nutritiva, conlleva costos a largo plazo, como la obesidad, la diabetes y otros riesgos de enfermedades cardíacas.

Disfrute.

"La comida es mucho más que la nutrición", señaló. Es cultura y recuerdos, y ningún plan abarca todos los elementos para lograr un balance. "Si se siente miserable, no está haciendo bien las cosas. Comer debe ser una fuente de placer".

Aún así, añadió, "un poco de conocimiento y un poco de planificación pueden sumarse en un montón de ahorros y opciones más saludables, independientemente de su presupuesto".

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