Nuevas directrices ayudan a los médicos a diagnosticar el dolor de pecho, pero solo si se actúa

Por Michael Merschel, American Heart Association News

ljubaphoto/E+, Getty Images
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El dolor torácico es algo más que un dolor en el pecho. Cuando aparece de forma repentina, los expertos que elaboraron las nuevas directrices para evaluarlo y diagnosticarlo no quieren que la gente se ponga a pensar en los matices. Quieren que actúen. En ese mismo momento.

"Lo más importante que la gente debe saber acerca del dolor torácico es que, si lo sienten, deben llamar al 911", dijo el Dr. Phillip Levy, profesor de medicina de urgencias y vicepresidente adjunto de investigación de la Universidad Estatal de Wayne, en Detroit. "Las personas no deben perder el tiempo intentando diagnosticarse a sí mismas. Por el contrario, deben acudir inmediatamente al hospital más cercano y, si lo hacen para que les evalúen el dolor de pecho, lo ideal es que sea en ambulancia".

Levy ayudó a dirigir el comité que redactó las nuevas directrices de la American Heart Association y el Colegio Americano de Cardiología. El objetivo de las recomendaciones es ayudar a los pacientes y a los profesionales de salud a actuar con mayor rapidez, tomar decisiones más inteligentes y comunicarse mejor acerca del dolor de pecho.

Parte de ello consiste en difundir que algunas personas pueden no informar acerca de tener un "dolor" en el pecho, sino más bien "molestias" en el pecho, las cuales pueden incluir presión u opresión en esta parte del cuerpo o también en otras áreas, como los hombros, los brazos, el cuello, la espalda, la parte superior del abdomen o la mandíbula.

La aparición repentina de cualquiera de esos síntomas podría ser un signo de que hay una reducción del flujo sanguíneo al corazón, dijo la Dra. Martha Gulati, presidenta electa de la Sociedad Americana de Cardiología Preventiva y presidenta del comité de redacción de las directrices publicadas el jueves en la revista Circulation de la AHA.

El dolor torácico no siempre significa un ataque al corazón, el cual se produce cuando se interrumpe el suministro de sangre a este órgano, dejándolo sin oxígeno.

"La mayoría de los casos de dolor en el pecho no pone en peligro la vida", dijo Gulati. "De hecho, la mayoría de los dolores de pecho no son cardíacos". Podrían deberse a causas respiratorias, musculoesqueléticas, gastrointestinales, psicológicas o de otro tipo.

"No obstante, cuando en efecto se trata de un dolor cardíaco, puede ser letal", agregó.

Por eso es urgente atenderse. "Tenemos tratamientos muy buenos, pero lo que cuenta para el corazón es el tiempo", dijo. "Entre más pronto veamos al paciente, más pronto podremos atenderlo".

El dolor torácico representa más de 6.5 millones de visitas anuales a los servicios de urgencias en Estados Unidos, además de casi 4 millones de visitas ambulatorias. Las directrices, las primeras de la AHA y el ACC dedicadas exclusivamente al dolor torácico, establecen normas para ayudar a los médicos a identificar quiénes corren el mayor riesgo y reducir las pruebas innecesarias en las personas que no quedan en esa categoría.

El proceso implica que se tomen decisiones de manera compartida. "La idea es volver a plantear las conversaciones para que tanto los médicos como los pacientes participen en las decisiones que se vayan tomando", dijo Levy. Puede parecer un concepto sencillo, pero existe "una generación de pacientes que está acostumbrada a que el médico diga las cosas, y eso es lo que ocurre".

Sin embargo, agregó que cuando el paciente no se siente cómodo con las decisiones que toma el médico, entonces se genera incertidumbre. Los estudios demuestran que "cuando los pacientes participan en la toma de decisiones quedan mucho más satisfechos con la atención prestada".

Las pautas sugieren otras formas para que los profesionales del ámbito de la salud modifiquen la manera en que hablan con los pacientes. Por ejemplo, los médicos deberían dejar de utilizar el término "atípico" para describir el dolor de pecho. Además de ser confuso, es un detalle técnico con implicaciones importantes para las mujeres, dijo Gulati.

Aunque ambos las mujeres y los hombres que sufren problemas cardíacos suelen informar de manera similar acerca de un dolor de pecho "típico", es más frecuente que las mujeres mencionen síntomas adicionales "atípicos" como náuseas, fatiga y falta de aliento. Eso ha ocasionado que las mujeres tengan menos probabilidades de recibir una atención oportuna y adecuada.

"En el pasado, era frecuente que se dijera que las mujeres se presentaban con síntomas 'atípicos'", dijo Gulati. "Sin embargo, parece que decirlo de esa forma se utiliza para indicar que el dolor no es cardíaco, en lugar de significar que la mujer se presenta de forma diferente a la esperada", dijo. En su lugar, los médicos deben utilizar el término "no cardíaco" si no se sospecha de una enfermedad cardíaca.

Las directrices también indican que los profesionales de la salud deben recibir capacitación para garantizar que puedan ayudar a personas de diversos orígenes raciales y étnicos. Eso incluye reconocer y abordar el hecho que, al igual que las mujeres, los negros con dolor torácico han tenido menos probabilidades de ser tratados con urgencia, dijo Gulati. También significa tomarse el tiempo de utilizar intérpretes cuando un paciente no habla inglés.

"Si no conectamos con nuestros pacientes de forma que se sientan respetados y escuchados, no podremos cerrar las brechas en la atención cardiovascular, y, en concreto, en el tratamiento del dolor torácico", señaló.

En general, dijo Levy, las pautas deberían ayudar a los médicos y a otros profesionales de la salud a tomar mejores decisiones con mayor rapidez. "Estas cosas no son para crear ambigüedad en el mundo clínico, sino para instaurar más certeza". Los consejos claros deberían proporcionarles a los médicos "mucha tranquilidad a la hora de tomar decisiones".

Sin embargo, nada de eso puede ocurrir hasta que alguien pida ayuda.

Aun si la mayoría de los casos de dolor torácico repentino acaban por no estar relacionados con el corazón, son algo que nunca debe ignorarse. Cuando las personas posponen la visita al departamento de emergencias, indicó Levy, es más probable que sufran complicaciones si realmente tienen un infarto. "Y esas complicaciones pueden ser tan graves como la muerte".

Gulati dijo que nadie debe temer a llamar sin saber bien el motivo. "Siempre les digo a mis pacientes que es mejor que nos riamos juntos una vez que encontremos otra causa, que eliminar la posibilidad de volver a reírnos juntos".

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